Nuestra socia directora y fundadora, Rosario Romero Bolívar, publica una tribuna en Cinco Días sobre la reforma laboral en su primer aniversario. En su primer año de vida ha modificado las modalidades contractuales para los trabajadores por cuenta ajena, pero todavía quedan preguntas en el aire.
Una de ellas es que, pese a que persigue una mayor contratación indefinida, sigue habiendo una alta temporalidad en el mercado laboral de España. Tampoco está claro que haya reducido la precariedad laboral en determinados aspectos.
Tal y como explica Romero, la reforma lo que ha hecho es rediseñar y ensalzar el contrato indefinido fijo discontinuo, del que se está haciendo un uso incorrecto. Cabe resaltar que este tipo de contrato no sustituye a los antiguos contratos temporales, sino que tiene un contorno y objeto concretos.
El fijo discontinuo, según establece el artículo 16.1 del Estatuto de los Trabajadores, establece que se hará para trabajos de naturaleza estacional o actividades de temporada. También para trabajos de prestación intermitente con periodos de ejecución ciertos, determinados o indeterminados. De no hacerlo bajo tales circunstancias se estaría incurriendo en un fraude de Ley.
Valoración de la reforma laboral
«Siempre he mantenido que el problema de la temporalidad no eran los contratos como tales, sino el fraude en el uso de estos. Algo similar ocurre con los contratos fijos discontinuos», asegura Romero. Esto puede desembocar en sanciones económicas que van hasta los 225.018 euros en su grado máximo.
La conclusión para Romero es que con la reforma laboral «se ha cambiado el collar, pero seguimos teniendo el mismo perro«. Por lo tanto, continúa habiendo fraude e Inspección de Trabajo no tiene los suficientes recursos para hacer un seguimiento exhaustivo.
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